19.12.11

11. Oda a la Superficialidad.

Me he dado cuenta (tarde, quizás) que cuando faltas a una sola convocatoria mensual de tus propias emociones, terminas perdiendo esos privilegios propios, como actitud y personalidad. Convirtiéndote en un autómata, que aunque robótico nunca perfecto. Este es mi caso. El claro ejemplo de alguien que viste bien, pero vive mal. Algo normal cuando te has pasado los últimos 5 años frente a un tocador. Sentado, mirando el espejo, peinándote con desdén.

''He vivido haciendo lo que he querido, l o que me ha motivado, interesado e instruido. Aprendiendo a no escuchar a las personas que me advertían, porque Yo sabía que aunque difícil, el camino por el que andaba era el correcto. Porque por ese camino Yo llegaría a ser fiel a mi mismo, a mis ideales. Llegaría a ser alguien. Y aunque no siempre comprendido, si alguien a quien tener en cuenta''


Suena a vanidad. Y no es tampoco esa tipica y sudada historia de un pobre niño rico. Soy como soy, porque sé quien soy. Fruto de haber sabido siempre lo que he querido. Tengo asumido que cuando haces aquello que te da la gana, puedes ofender a terceros. Puedes dañarles, complicarles la vida. Puedes también quitarles el sueño por las noches, incluso hacerles llorar. Aunque tarde, al fin, uno se da cuenta.

''Estoy en el ecuador a la treintena. He perdido mucho tiempo, pero no comprando o divirtiéndome. He perdido el tiempo mirándome al espejo. Sentado frente a mi tocador, frente a un espejo que jamás va a darme la verdadera opinión'' 


Este soy Yo. Nunca me he quedado en casa, no he regalado lo mejor de mi, nunca he hablado desde un punto muerto, incluso cuando me he perdido, ha tenido su gracia. Así soy Yo. Vitoreado y aplaudido, tenido en cuenta, con un telefono que no para de sonar, invitado a todos los cumpleaños, consentido por padres y abuelos, poseedor de ediciones limitadas, numeradas y exclusivas. Siempre rodeado de las chicas más bellas, envidiado por patanes, querido por clero y burguesía, amado por la Derecha, a tener en cuenta por la Izquierda.  


Sin quererlo me he convertido en un referente. Gente que me sigue allá donde voy, que me escuchan, me adoran y hasta me obedecen. Soy el mecenas de los que me quieren. Un mecenas que en muchas ocasiones no entiende 'que tiene' para haber llegado a ser tan querido. A mi no me sirve pensar que hay quien me envidia, no es una razón bajo la que hayan caminado nunca mis mocasines.  


''He procurado siempre entender, escuchar, y sobretodo no hablar sin tener una idea predeterminada. Porque nunca he permitido que lo hagan en nombre de mi persona, porque no es justo. La diversión gratuita a costa de otros, suele ser soledad garantizada el día de mañana''


Han sido tantas las veces que he sentido un impulso de pegarle un puñetazo a alguien, y me he mantenido firme. Elegancia interior.Evitando meterme en problemas por una irascibilidad, que uno no siempre sabe controlar. 


Otras tantas veces las que he querido escapar. Empezar a correr, sin rumbo. Pensando en empezar de cero. Te sientes tan y tan pequeño, insignificante, incomprendido, in aceptado, desplazado. Correrías sin rumbo alguno, escapando de un entorno mediocre que no comprende, que tira cacahuetes, que querrían tener a los distintos en una vitrina para observar y sacar notas. 


''Correr calle abajo, sintiéndote una mierda, cansado de tener siempre que hacer una broma, de tener una sonrisa en la cara, cuando lo que te gustaría es ver sangre en tus puños. De manera perpetua me he convertido en aquel que siempre tiene una anécdota graciosa, la columna que mantiene sostenida la incomodidad, el cemento que conglomera las partes rotas de una misma vida''


Ser futurista es a menudo sufrido, te conviertes en aquel que tiene que callar su opinión porque no es la valida, aquel que ni siquiera sabe ser homosexual de manual. Como voy a pensar en una relación, si ni siquiera a veces estoy seguro de querer mantenerla conmigo mismo. 


Sin optimismo resulta duro cuando lidias con un entorno mediocre y obtuso. A menudo debes encontrar un motivo por el que levantarte por las mañanas. Suele ser todavía más duro si te has dormido de cansancio, de un cansancio producido al llorar hasta caer agotado. Muy a mi pesar, la vida no siempre la he visto con perspectiva rosa. Mis ojos han comprobado la suerte de tener varias oportunidades. Todas ellas fabulosas, pero no siempre he querido coger ''ese'' tren. Hay momentos en los que uno solo debe subir al tren, si está seguro de no dejar nada en esa estación.


Me gustaria que ese algo fuera amor. Aún sabiendo que me atrae más el concepto que luego obtenerlo. 


Bajo mi ventana ha cantado también un Romeo. Cantaba todas las noches. Siempre omitiendo los comentarios de aquellos que le decían estar perdiendo el tiempo. Por suerte o por desgracia, hubo un momento en el que se dió cuenta de que Yo seguía prefiriendo ver mi reflejo en el espejo, que salir a la ventana y escucharle. Ha pasado mucho tiempo y ese Romeo se terminó aburriendo. Ahora debe estar sentado en alguna barra de bar, bebiendo un gintonic. Incapaz de asumir que quiso regalar su amor a alguien ingrato. Un gintonic tras otro le habrán terminado de dar la razón.


Nunca jamás entregues tú amor y mucho menos cuando este sea platónico.



''Es fácil localizarme frente a un escaparate, incluso como paradoja desayunando un café para llevar y un gran cruassan de chocolate. Pero no emulo a ninguna escena. Esa es mi vida. Siempre al otro lado del escaparate. Rodeado de mi séquito. Ese que está formado por personas que para mi son la viva Lealtad. Muchas de ellas son fijas, otras van y vienen, pero a todas les agradezco con la misma sinceridad lo que hacen por mi. Me ayudan a tocar de pies al suelo''

Estas personas han visto de mi muchas facetas. De la Alegria al dolor, de la tristeza a la diversión, pero nunca han tenido que cargar con nada malo. Como persona celosa de mi vida privada, siempre he procurado que no tubieran que cargar con mi propia cruz. Porque cada uno tiene sus propios problemas, y aunque sea mejor compartirlos, ese es un concepto que nunca ha ido con mi persona. 


Ahora que el año termina puedo valorar con exactitud todo aquello que he vivido al largo de estos 12 meses. La humildad que me caracteriza forma parte de todos los días que tiene un año. 


''No necesito la Navidad para dejar de ser engreído, porque para mi ser engreído es algo divertido. O al menos lo fue hasta que pude salir de debajo de toda la ropa y bolsos que me tenían sepultado. Ahora que estoy fuera no puedo evitar sentirme triste. Me he dado cuenta, de cual es el precio a pagar por querer romper con la norma. A mi la iglesia me ha dado cosas muy buenas, menos tal vez que la religión en si, pero ahora que he descubierto que no necesito un credo escrito si no el mío propio, no puedo evitar sentirme un poco más solo'' 


Ahora que todos esos bienes materiales están a un lado, y he salido a la superficie, exploro y descubro que mi vida no es como Yo creía. Porque de que sirve vivir y disfrutar una vida sin complicaciones, si alguien cercano te la complica. Esa antigua ofensa de que hablasen detrás de mi, se ha extinguido. Ahora la gente no habla de mí, y si lo hace es cuando paso por delante de ellos, envuelto en mi nube de perfume.  La vida es así, de repente un día despiertas, y te das cuenta que lo que era divertido a los 19 es patético llegados los 25. Y aquí, tener miedo es algo que no da resultado si vives envuelto en papel de Rosa chicle.


 Durante mucho tiempo la superficialidad ha sido una manera de no abusar de mi salud mental.Yo soy el único responsable sobre mis actos. Yo sé a lo que me expongo cuando salgo vestido o peinado como quiero a la calle. Soy Yo el único afectado si me humillan me insultan o me faltan al respeto. 



''Cuando estas navidades abra mi buzón lo encontraré lleno de Christmas y regalos. Pero este 2011 tampoco encontraré el que más me importa. Uno escrito por mi sentido común. Ese mismo que alumbra y deslumbra a todos mis amigos, con consejos nacidos del corazón, el mismo sentido común que ayuda a todos los usuarios de cáritas, que marchan con una sonrisa dándome las gracias con lágrimas en los ojos.Ese mismo sentido común que cuida de todo el mundo menos de mi''


Vivo procurando que a mis amigos no les falte absolutamente nada, sin perder mi esencia vanidosa por ello, pero haciéndolo de corazón.  Es una realidad, soy dueño de una vida divertida, distinta y fluorescente. He pensado siempre en el hoy, procurando olvidar el ayer, incluso olvidando que Hoy fue el pasado mañana del ayer que ahora no importa.


''Soy superficial, y lo soy porque me gusta serlo. Lo soy porque puedo permitírmelo, lo soy porque lo disfruto siendo. Y si soy mediocre por leer en el periódico antes el Horóscopo que los muertos en Palestina, no puedo pedir disculpas. Porque esa es mi manera de ser. Me he esforzado demasiado en cultivar mi parte más intelectual e inteligente, para poder ser frívolo e intrascendente en sociedad'' 


6.12.11

10. El uso del Olvido en los tiempos que corren.

Las relaciones benéficas no salen de un manual Freudiano, no se encuentran en las páginas satinadas de un Cosmopolitan, estas surgen del amor más desinteresado. A veces, me inunda el temor. Siento que nada vale la pena. Es entonces cuando me doy cuenta; Mi corazón sigue latiendo. Cada latido debería significar una oportunidad.


Para hacer bien las cosas, al menos para intentar mejorarlas. Es primordial aprender a perdonarse. El perdón es la llave para abrir la puerta a una nueva oportunidad. Oportunidad que nace de la amabilidad, la empatía, las ganas de soñar y compartir. No podemos permitirnos tener miedo, porque este cerrara las puertas al aprendizaje. 


Perdonarse a uno mismo, es tanto o más importante que saber perdonar a los que nos rodean. Algo tan sudado como 'Querer es poder' encierra dentro de sí una gran verdad. Nadie sabe lo difícil que es ser uno mismo, hasta que no lo intenta Caminar sin saber quien somos, es el hambre de África, traducido a Europa. Miles de personas pasan sus días en una nube de confusión. No saben quien son, no saben que quieren. Cada día que pasa, cuenta como un gramo extra de desorientación. La viven material y emocionalmente. Inseguridad que se plasma en un miedo terrible a decidir, o una apatía a tener que hacerlo No tienen un color favorito, no muestran preferencia sobre ningún postre, nadie les espera al otro lado del teléfono. Han olvidado quienes son, si es que algún día llegaron a saberlo. Y el olvido no es cancerígeno, el olvido vive con nosotros, a la espera de que abramos nuestro botiquín emocional y lo usemos.


Claro que olvidar puede llegar a ser grave -Me olvidé de tu cumpleaños- Se me ha olvidado comprar el Harper's BAZAAR de este mes- ¿Pero que sucede cuando olvidamos quienes somos?  Tan importante como aprender, debería ser también olvidar.Al menos entender que aprender y olvidar son dos conceptos, que no se alejan tanto como nos hicieron creer. Aprender es ampliar, llenar de nuevos conocimientos nuestros sentidos, tanto como leer un cuento a nuestro corazón todas las noches A medida que vamos creciendo, nos damos cuenta que estamos viviendo sin una declaración de intenciones. Es primordial hacerle saber al mundo lo que sentimos, creer que hemos venido a este mundo para dejar huella. Es triste pero cierto, solo cuando cerramos la puerta de nuestra habitación, aflora el verdadero Yo. Alguien sin miedo, que necesita música para vivir, lejos de todas aquellas personas que quieren oprimir un sentimiento, o un estilo de vida Cuando callamos y dejamos que sean otros los que dirijan nuestra vida, les estamos regalando lo mejor que tenemos en esta existencia: Nuestra vida, nuestra personalidad Estamos regalando y perdiendo al mismo tiempo, perdidas que con el tiempo se vuelven irreparables. Ya hay muchísima gente gris y anodina, debería ser hora de cambiar el panorama. Salir a la calle con una sonrisa, mirarse al espejo confiados de nuestras posibilidades. Físicas y mentales. No se trata de una rebelión, es tan simple como defender nuestros ideales. Vivir acorde con nuestros pensamientos La unión entre el corazón y la mente tampoco suele ser tan distinta, cuando forman una armonía perfecta de Cuerpo Mente y Corazón La libertad de nuestra mente es real y está en nuestras manos darle luz verde.


Los prejuicios impiden que nos demos cuenta. Tal vez sean Los prejuicios, lo único  en esta vida, que vale la pena olvidar para siempre ¿Podeis escucharlo? ¿Podeis sentirlo? es algo pequeño, insignificante, tan fácil como entender que romper con la norma no es quemar contenedores, ni romper escaparates. Es algo tan fácil y simple, como ser generosos, amables y agradecidos por la oportunidad que nos ha brindado la vida. Ser DIFERENTE hace mucho que dejó de ser una lacra, para convertirse en un don que no todos tienen la suerte de tener entre sus manos




23.11.11

8. El dinero llama al dinero, el poder llama al poder ¿El Amor llama al Amor?

Hay quien cree licito pretender que toda nuestra vida tenga un rumbo predeterminado. Me pregunto si no sería mejor contar con la emoción de ignorar hacia donde van todas las relaciones y vivencias que vivimos;

''Es respetable la opinión de aquellos que no quieren sorpresas. Los sobresaltos no son aceptados con el mismo agrado por todo el mundo. Saber que se encuentra al final del camino, nos puede ayudar a llegar a la meta con el destino digerido, con una sensación del terreno dominada o seguridad firme sobre nuestra propia vida''


Hay aproximaciones, el tarot o creer firmemente en las lineas de la mano, son alternativas. Aunque mientras hay quien sigue creiendo que sería más feliz con un auto control de su propia vida. Al fin y al cabo, la vida es eso, un largo camino que debemos recorrer nos guste o no.


En este camino encontraremos mil y una maneras de ser, ver vivir y parecer. Nadie sabe exactamente que le espera al final, incluso hay gente que no lo termina. No siempre promete ser un camino adoquinado. Principalmente ese camino tiene un motivo; El Amor, y quien peregrina va en busqueda del sincero y más puro Amor. Basando su camino en el hallazgo que pueda purificar sus sentimientos. 


''Muchas veces, los mismos desvíos, atajos y trozos sin asfaltar, hacen que tengamos que parar y reflexionar si estamos por el camino indicado. Porque como en la vida, en el amor también hay mapas. A modo de señales propias, que debemos interpretar. Seguir nuestro propio instinto es muchas veces el mejor mapa, pero como con los de verdad, cabe la posibilidad de que no los entendamos, el mapa no sea el que corresponde con el camino en el que estamos, o lo hayamos olvidado encima de la cama'' 


Caminar sin rumbo es algo sano, estimulante, intuitivo y a la vez necesario. Sin ese rumbo fijo, el camino se expande y nos ofrece muchas otras oportunidades, que aunque ya estén escritas en el destino, no vienen nunca mal como extras. Caminar sin equipaje se puede convertir en una manera de no necesitar a los demás o caer en un materialismo que nos aleje de las verdaderas necesidades emocionales. 


Cada uno debería empezar a caminar cuando realmente le apetezca. No hay obligación suprema en ir a la búsqueda desesperada del Amor. Paso a paso y con sentido común. Tomándonos nuestro tiempo, visualizando el destino y sobretodo con el positivismo en la cantimplora, para ir bebiendo de esta cuando nos notemos cansados. Al caminar sin mochila uno llega a notar que va más ligero. Así pues, malos entendidos, confusiones, celos, discusiones y todo aquello que pese se quedara en el camino. 


''No hay equipaje, no podemos coger ni cargar nada. Nuestra meta es llegar a la plenitud sentimental, nada de lo que pese y se encuentre en el camino, será cargado por nosotros. No es menos cierto que deberíamos aprender algo de lo que dejamos atrás. Principalmente porque no es consagrable vivir atado a los malos recuerdos''


Ni siquiera cuando hayamos tenido un gran desengaño, y nuestros ojos estén secos. Seguiremos caminando sin borrar aquello que nos ha echo daño. Es camino pisado. Trayectoria pasada, donde todo sería más fácil si pudiéramos cambiar nuestro corazón por el de otra persona menos emotiva. Incluso si al hacer ese cambio, perdiéramos capacidades de evolución personal. Y es que ni nosotros mismos tenemos suficiente autoridad sobre aquello que sentimos. Sin que lo pidamos, el amor se instala en nuestras vidas, con la necesidad imperiosa de encontrar alguien con quien compartir. También emocionalmente hablando el camino hace al caminante.


''El miedo a no saber que encontraremos, no debe frenar nuestra necesidad de sentirnos queridos y compartir. Porque de esa manera cuando el miedo nos habla, sentimos que nadie nos va a querer, oímos las cosas malas que dicen todas esas personas que no nos conocen profundamente. Tememos el fracaso hasta tal punto, que cerramos la puerta y evitamos pensar que ahí fuera hay un camino hacía la felicidad que nos espera. Así como el dinero llama al dinero, el poder llama al poder, pero el Amor no siempre llama al Amor''


Ser correspondido es una odisea, uno de los deseos más profundos que albergamos en nuestro interior, y un gran placer cuando sucede. Ese suele ser con mayor frecuencia lo que hace que nos torturemos pensando que el Amor no es para nosotros.


La no correspondencia termina creando pésimas relaciones unilaterales, basadas en esa necesidad de sentirnos queridos, aunque no tenga nada que ver con el amor que nosotros proyectemos a los demás.


Al hablar de relaciones unilaterales, es fácil saber a quien le va a tocar perder. El más frágil ama, sufre y pierde. La debilidad, no debería ser un sentimiento que se asociara al amor. Porque cuando una persona ama, sus defensas desaparecen literalmente. No se encuentra en igualdad de condiciones de quien ama utilizando la cabeza.


La capacidad de alerta disminuye, y encontramos casos de personas que son fuertemente dominadas por sus parejas. No sabría decir con exactitud, si la ausencia de amor es la razón. Hay gente que tiene una naturaleza posesiva, y hay quien necesita ser sometido. A pesar de ello hay personas que albergan brillo, un brillo que debería pulirse. 


Ese brillo convierte a las personas que lo poseen en personas mucho más llamativas. Esa luminosidad alberga en su interior aquello que las personas que manca a las personas que no creen en el amor.


Urracas emocionales que ven con deseo el brillo, y esperan la menor oportunidad para hacerselo suyo. Al igual que el pájaro, esas personas se sienten atraídas por el brillo de los corazones puros. Sienten el mismo impulso que los pajaros, un impulso que les empuja a robar y esconder el motín. En este caso su lote se compone del corazón de esas personas que tienen en su haber un alma pura, buena y que brilla por la carencia apenas de defectos. Un corazón similar al diamante Hope capaz de asombrar a cualquiera que lo mire sin incredulidad en sus retinas.Son muchas las personas que se consideran buenas y puras.


Las Urracas emocionales son esas personas cinicas. Suelen tener corazones oscuros. Son negativas, viven mal, aunque se cubran de la mejor apariencia. Por suerte este concepto es fácil y entendedor. Hay gente buena que tiene un imán para la mala. La mala sabe bien que tiene esa capacidad de persuasión, y la utiliza sin impunidad alguna. En términos Bíblicos si uno se porta bien y se resigna a aquello que venga, se ganara las puertas del cielo abiertas de par en par.A día de hoy la gente ha olvidado la Biblia y no da los buenos días a sus propias desgracias cuando se suben al autobús con ellas.  Las desgracias de hoy en día no hacen la función que tuvieron en tiempos Bíblicos. No se las nombra cuando uno hace balance. Nunca se utilizan para reñir a terceros, no tienen menciones honoríficas en discursos de fin de año, no se las considera uno más en la familia. Ni siquiera me refiero a menciones tales como coger el sida por follar a pelo.


La sorpresa que uno se lleva cuando se encuentra frente a frente con sus miedos es simple, no tiene toques de dramatización de serie B, porque una desgracia se le podrá tener manía pero jamás se conservara en el álbum de recuerdos que cada día forja un poco más nuestra propia personalidad. Esas mismas cosas malas, todavía oscurecen más el corazón. 


''No se ven como un estimulo a mejorar como individuos. La experiencia debería ser un grado, un grado de inteligencia que evite que nos arrepintamos de quien hemos sido, o nos haga pensar que borrar a personas que han pasado por nuestras vidas es una solución definitiva. Es difícil sentarse a hablar con uno mismo. Sobretodo si sabemos que lo que nos queremos decir, es justo aquello que no queremos escuchar''


Cara a cara con nosotros mismos. Hablando de aquello que nos ha dolido, vaciando la maleta que tanto nos pesa, y que nos doblara el tiempo empleado en hacer ese camino hacia la madurez mental. No negare que también Yo tengo mi parte cínica. Me pregunto si realmente la experiencia nos lleva a algún sitio. Me pregunto a mi mismo si en toda la vida que he vivido no ha llegado ya el momento en el que tendría que dejar de pedir disculpas por mi forma de ser y vivir mi propia vida.


Hay mil maneras de terminar (mal) con una relación. Porque no hacerlo primero con la parte de nosotros mismos que no brilla con la misma intensidad que ese corazón observado por garzas emocionales. ¿Son esos pajaros testigos de nuestro camino hacia la felicidad y la plenitud emocional? A veces pienso que somos nosotros mismos y nuestra parte más oscura, el mayor impedimento para comenzar a andar dirección a la felicidad.



15.11.11

7. Alternativas al Amor; ¿Apertura de miras, excusas o necesidad?



Es raro vivir sin preguntarse ¿Donde esta el amor? Al menos el nuestro. Posiblemente lo mejor que nos pueda pasar en esta vida, junto a ganar la lotería o superar una enfermedad, sea enamorarnos. Es duro, no siempre se consigue, pero cuando llega todo a nuestro alrededor se vuelve distinto. Casi siempre nos sorprende de la mano de una persona inesperada. Los extremos se atraen, y sería demasiado fácil vivir el amor con alguien voluble o un clon idéntico a nosotros.


Me pregunto, hasta que punto el universo nos ampara. De ser totalmente cierto, nacemos con un destino escrito. Un libro con nuestro nombre donde están titulados todos y cada uno de los capítulos. Por suerte, el contenido nos atañe a nosotros mismos. De nosotros depende el argumento, formando así 'Las memorias' correspondientes a nuestra vida.


El riesgo, el posicionamiento emocional en la meta hacia el 'Felices para siempre' comienza en el mismo momento que un invisible disparo determina la salida. Al igual que en una pista de atletismo, llena de curvas, obstáculos a los que derribar sin hacer mucho ruido.


Es una realidad; Inevitablemente en todas las relaciones, uno quiere más que el otro. No sé si eso podría considerarse amar en un solo carril, pero al estar frente a una relación unilateral, lo mejor que nos puede pasar, es que seamos la parte a la que quieren más. También las relaciones se ensucian y rasgan. Discusiones acaloradas, terceras personas, caminar en rumbos distintos. Terminamos dando demasiadas vueltas a los sucesos. Contando y recordando hasta la saciedad detalles que van magnificándose a su paso. Memorizando literalmente absurdos pretextos que nos hacen rozar la paranoia que supone haber ensuciado a alguien que nos importaba. Las relaciones no suelen ser infinitas, el tiempo desgasta, la convivencia caduca y de la mano del dolor, las rupturas suelen hacer su presencia. Es comprensible que nos tomemos nuestro tiempo en tomar la decisión, 


¿Pero cuando sabe uno que ha llegado la hora          de llevar su relación al tinte?


Debería existir un termostato sentimental que nos ayudara a saber cuando nuestra relación está pasada, al punto o incomestible. La sensación continua de preguntarse si estamos haciendo bien o mal es humana. Pero también proviene de una inseguridad latente. Aperturas infinitas que se abren en nuestra mente.


''Podría, habría, debería solo son meras excusas, provenientes del miedo más arraigado. Suelen venir las tres en el mismo paquete,consiguiendo que las incluyamos en nuestro vocabulario habitual''


Se acrecientan mucho más después de una ruptura.


¿Podría ser esa persona la que me haga sonreír de nuevo?
¿Habría alguna manera para saber si esa persona es la definitiva?
¿Debería dejar de atormentarme por las dudas constantes y limitarme a ser feliz ?


Ignoro si lanzarse puede ser un buen motivo. Con o sin dientes tras el golpe, podemos entender que aunque sería maravilloso cumplir eso de -Hasta que la muerte nos separe- por desgracia, esa es una cláusula que pronto se rompe. Hoy en día el sacrificio es escaso. Las relaciones de ese tipo solo se ven en los anuncios de Calvin Klein, cuando parejas vestidas de blanco nuclear, corren sonriendo por una playa. Se quieren, y muestran al mundo que a parte de oler bien, harían cualquier cosa por su pareja.


La publicidad no está tan lejos de nuestras vidas. Nos comportamos emocionalmente por y para el publico, en la mayoría de los casos, de puertas para dentro no corresponden con lo que queremos reflejar frente a otros.


''En la vida real también hay un distanciamiento cuando alguien hace sonar la claqueta y los focos se apagan ¿Pero que necesidad tenemos de interpretar nuestras relaciones?''


Como si fuera consensuado, premeditadamente planeado, muchas parejas discuten acaloradamente, para después fingir que todo va bien ¿Orgullo? ¿Supervivencia?


Cumplir eso de 'Hasta que la muerte os separe' se ha convertido en un lujo al alcance de bien pocos. Las relaciones tienen en su haber, todo tipo de accidentes, curvas y senderos, que desgastan con el tiempo y una pésima comunicación, derivando en rupturas.

''Me pregunto si deben existir alternativas al Amor. Y si existen cuanto tiempo nos mantendrán entretenidos hasta que nos demos cuenta que no podemos vivir sin querer y que nos quieran'' 


Imagino cuando dentro de 50 años las relaciones se hayan extinguido. Y es que en solo 50 años, las cosas pueden cambiar mucho, si de amor hablamos. Solo hace falta mirar todo ese tiempo atrás. Las Relaciones eran muy distintas a las de ahora. No existía el amor al uso. No al menos como hoy lo conocemos. Los matrimonios (poca gente salía sin rumbo) Vivian para cuidar de sus hijos y mayores. Las mujeres sufridas solo podían soñar con un buen abrigo, los maridos mal humorados con una mujer más fogosa en la cama. Aunque eso parece no ser tan diferente en la primera década del siglo XXI.


A pesar de todo, todavía hoy encontramos personas que invierten en sentimientos. El amor es el nuevo ladrillo, ahora encontrar a alguien que nos quiera, nos entienda y tolere todas nuestras manías es esencial. En algún lugar del universo, hay alguien que también nos debe estar buscando.


Por esa regla de tres, tiene sentido rodearnos de quien en su vida es prioridad el amor y las cosas del querer. Los tiempos de abrazar carpetas forradas con fotos de nuestros ídolos han vuelto. Cada día se suspira más, y se espera menos. Razón que explica porque hay quien termina con el primero que pasa.


''Es una realidad, estar solo no gusta. Lejos ha quedado la imagen de gente soltera que ha triunfado en la vida, si al lado de tu Bentley no hay alguien cogiendo tu mano, nada de lo que hayas conseguido, parece tener valor.'' 


Dejarse llevar suena excitante. Pero saber que todo, incluso lo más divertido tiene fecha de caducidad, conduce a que a veces optemos por no arriesgarnos. Curiosamente eso activa la envidia que sentimos hacia quienes si lo hacen.


¿Lo que podemos llegar a perder cuando nos arriesgamos, no debería ser proporcional a lo que disfrutamos y aprendemos al hacerlo?


Sin duda hay muchas otras cosas en la vida. No todo debería reducirse a ese 99% que corresponde al amor. La vida social, los estímulos intelectuales, y ser fieles a nuestros ideales, forman un conjunto, que aunque solo termine ocupando el 1% restante, también existen. A la espera de que alguien les quiera prestar atención, claro.


Y es que amar es una cosa tan maravillosa y excitante. Solo hace falta saber que cuando le das al Play no habrá más versiones de tu amor que las que tu sepas dar. Las relaciones no tienen una nueva versión. No hay un remix a cargo de un imponente DJ de fama internacional. Las relaciones sentimentales salen a la venda, dando con el publico que las elogia, las ama, las escupe y las olvida.





25.10.11

6. El Amor; ¿Se busca, o él nos encuentra?

Unos focos se encienden. Enfocan dos personas enamoradas. Se están abrazando encima de un escenario. Ninguna de las dos piensa en un final. Mientras, en la platea, un público atónito mira asombrado desde la penumbra. Todavía hoy hay mucha incredulidad hacia esas personas que se quieren incondicionalmente. El amor ha subido de las alcantarillas. Ya no es una aspiración de quinceañeras. El amor tiene un lugar en la sociedad.


El amor también pisa el asfalto, paga sus impuestos y utiliza el mismo código postal que nosotros. Lo encontramos comprando en el supermercado, en la sala de espera del medico. No solo vive en Primavera. Incluso trabaja.


El amor concede hipotecas a todo el mundo. No discrimina por belleza, edad, sexo, color o número de ceros en la cuenta bancaria. Cada mes que pasamos al lado de quien queremos, suma como una letra pagada, como un crédito devuelto. Los intereses crecen. El interés por la música que escucha nuestra pareja. Su película postre y equipo de fútbol favoritos.


Pero al igual que en las hipotecas reales, esta también tiene letra pequeña. Cuando en una pareja uno de los dos dice 'Te quiero' en realidad suena el tiro de salida. La maratón hacia la meta es inmediata. Esas dos palabras nos comprometen, atándonos a todo lo que encierra el 'Y yo a ti' venidero.


Es bonito saber que estamos en una relación que funciona, pero inexplicablemente una noche nos despertamos asustados con la seguridad que estamos viviendo bajo la única garantía de un Te quiero. Como en todo, una relación necesita dedicación constante. Y precisamente el alivio de que al oír un Te quiero nos relajemos, es el principal motivo de que una relación pueda ir cuesta abajo.


Mientras eso no sucede, vivir enamorados parece ser fabuloso. Amar y que te amen soluciona el hambre en África, te hace dar cuenta de lo vacía que era tu vida antes de su llegada. Las personas que viven enamoradas tienen una piel más bonita, un brillo en la mirada. Son felices e ignoran a aquellos que les odian. El aislamiento es un rasgo común en la gente que vive enamorada. Ese embobamiento que tiende a ser sectario y que aleja a las parejas de todo contacto con el exterior. Adiós a la vida social, adiós a planes en individual y a menudo la tensión por estar horas o días sin la persona que se quiere al lado.


Parejas que se besan en publico, pasean de la mano. Muestran su amor al mundo. Mientras los demás desean que en el mismo momento que cruzan acaramelados el paso de cebra, un camión de la basura los atropelle volcando todas sus vísceras, incluidos esos corazones que latían al unísono.


Como en todas las cosas, el amor también tiene contraportada. Hay quien vive maldiciendo la ley cósmica. Es posible que vayan pasando los años y el amor no aparezca. Hay quien llega a la vejez sin haber prestado mucho caso a los sentimientos. Curiosamente esa gente ha tenido vidas sociales activas, y es propietaria de bonitas casas, coches estupendos y vestidores infinitos. Incluso cuando el amor no existe, se suple su ausencia con compras, relaciones sin compromiso o coches de 200 caballos.


Hay gente que está predestinada a ser abandonada una y otra vez. Todo el mundo sabe que las chicas que utilizan ropa interior de seda, terminan abandonando a los chicos con los que salen. Porque vamos, cuando utilizas ropa interior de ese tipo, algo dentro de ti te dice que mereces a un hombre mejor que con el que estás. ¿Pero, y ellos? Todavía lo tienen peor. Para cuando han asumido que la ropa interior masculina de seda es hortera, su vida ya es una carrera sin frenos hacia la homosexualidad.


Algunos prefieren llorar porque no conocen el amor. Tampoco sería necesario volcarse en su faceta más frágil y vulnerable. Las lagrimas tienden a coger protagonismo en ausencia o ruptura del amor. Y eso no siempre tiene porque terminar pasando. Realmente si llegamos a la edad adulta y no hemos encontrado a nuestra media naranja, será el momento idóneo para preguntarse. El Amor; ¿Se busca, o él nos encuentra a nosotros?


De todos los sentimientos grises que conocemos, hay uno que es de color rojo; El Amor. Para algunas personas esta palabra puede sonar lejana.Pero realmente el amor encierra muchas otras cosas. Si partimos de la idea de que lo que ayer fue herejía hoy es ciencia. Por esa regla de tres, el amor que estemos viviendo hoy terminara siendo la incredulidad de mañana.


Mientras que la cocaína o el éxtasis liquido tuvieron su auge popular. Las cosas del querer nunca han ido a la baja. Convirtiéndose así en la droga más recurrida. Trayendo con ella también 'el mono' cuando el Amor escasea.


Objetivamente, uno puede vivir su vida sin esperar a que le digan Te Quiero. La tendencia al catastrofismo que nos viene acompañando desde el 31 de Diciembre de 1999 es latente. Mientras todos estaban asustados por sus ordenadores y toda esa sátira de mentiras cibernéticas, ligadas al efecto 2000. Esa noche no murió ningún sistema informático. Lo único que nos abandono fue el amor.


Las relaciones han ido evolucionando. Pero dicha evolución ha llegado antes por la moda de cada década, que por las propias necesidades emocionales. Incluso la relación más solida tiene fecha final. Una infidelidad, o la muerte, pero en cualquier caso nada dura para siempre. Y a veces tener un plan B, una ruptura preparada, para cuando el barco empiece a hundirse, no resulta tan mala idea. Amar es dudar, y generación tras generación esas dudas se han ido haciendo cada vez más latentes ¿Pero en que década dejaron de ser dudas para transformarse en excusas?


Hoy en día el mayor reclamo para dejar una relación es el típico 'No estamos buscando lo mismo'. Pero aunque eso fuera cierto, preferimos escudarnos tras mil pretextos infumables para no dar viabilidad a nuestros verdaderos deseos internos Si nos quejamos de que estamos cansados de relaciones que no van a ninguna parte ¿Porque seguimos incubando el huevo de serpiente?


Amor; ¿Realidad o ficción?
















19.10.11

5. Amores LoveCraftianos

Tomar decisiones puede llegar a ser una odisea sin billete de vuelta. A donde podemos ir de vacaciones, si el iPhone nos gusta más en blanco o negro. Con que hit de Michael Jackson nos quedamos. Otras decisiones son ligeramente más trascendentales; ¿Realmente vale la pena seguir viendo a esa persona?


Vivimos constantemente de cara a la galería. Parece que nadie camine de manera natural. Es como si unos focos nos alumbraran, y el clic flash de una cámara nos retratara continuamente en nuestras posturas más comprometedoras.


 La belleza que puede desprender uno mismo se ha ido convirtiendo en una carta de presentación que está en todas partes. Las personas escogemos y estudiamos nuestros mejores looks. Analizamos y trabajamos la actitud frente a un espejo. Queremos encontrar a alguien que pueda querernos hasta el resto de nuestra vida. ¿Hasta que punto es sensato, no confiar en que una persona se vaya a quedar mucho tiempo a nuestro lado?


Continuamente nace de nosotros la necesidad de etiquetar a alguien de rollete, esposo, novio, amante o follamigo. Al hacerlo estamos reduciendo las posibilidades de que esa persona nos pueda mostrar lo que representa en esta vida.


Y es que al etiquetar, estamos poniendo un nombre, un motivo, una fecha. Etiquetar termina significando algo.  Representa aquello que ansiamos, y es entonces cuando uno se da cuenta, que tiene lo que no quiere, y quiere lo que no tiene.


La mayoría de veces creemos estar viviendo amores LoveCraftianos que se traducen a meros romances de pacotilla. Curiosamente todo el mundo termina viendo cuando una relación huele mal. O casi todos, pues sus propios componentes no suelen ser capaces de auto imponer un final poco doloroso a el estrépito que va a terminar siendo de todas maneras.


Cierto es que el amor lo puede todo, y que no hay montaña suficiente alta o lago demasiado ancho para que lleguemos a esa persona especial. ¿Pero que sucede cuando la  tenemos finalmente cara a cara?


 ¿Cuales son los verdaderos motivos para no decir en voz alta 'Si, quiero`?


Si quiero, estar contigo.
Si quiero, conocer a tus padres.
Si quiero, que dejemos de ver a otras personas.


Es nuevamente el miedo. Ese mismo miedo que uno vive y
experimenta cuando la indecisión nos obliga a chupar banquillo emocional una vez más. Vemos con furia, como son otros los que juegan nuestros partidos. Pero estamos ocupados pensando en como y cuando hacer. Meditar y reflexionar es sensato, pero ¿Hasta cuando podremos aguantar de reserva?


¿Que sucede cuando el miedo al compromiso no desaparece nunca?


La soledad acecha. Marca cada día que pasa y hemos seguido estando solos. La soledad es posiblemente el mayor mal que cubre nuestra sociedad. Conllevando con ello a un pánico imaginario. Las prisas son malas consejeras y nos pueden conducir a relaciones que no conducen a ningún sitio.


Relaciones sentimentales que no funcionan, pero no terminan por ese miedo al vacío posterior. Es duro reconocerlo, el miedo a estar solos es un motivo bajo el que muchas personas viven expuestas. Motivo más que suficiente para alargar relaciones de todo tipo que no llevan a ningún sitio. 


Ese es un limbo donde flotan todas esas relaciones sin sentido. A la espera de que alguien haga con ellas algo poco productivo. Al parecer el amor también entiende de ideas conceptuales. Posiblemente nos atraiga mucho más la idea de estar en pareja, que el echo de terminar teniéndola.


Sería mucho más fácil si en cuestiones emocionales pudiéramos Reducir reciclar. Aunque de momento solo hay la opción de reutilizar y termina resumiendo el clásico -Mierda, me he acostado otra vez con mi ex pareja. 


En tiempos remotos el amor era solo un concepto arcaico. Todo era mucho más fácil. Un hombre idealizaba tanto a la mujer de sus sueños, que el miedo a que no resultara como imaginaba, le impedía romper ese sueño. Ese hombre vivía teniendo constantemente en mente a esa mujer, la deseaba con todas sus fuerzas. Pero en la mayoría de los casos el Romance maldito era quien terminaba ganando y separando a esas personas que pudieron haber sido, en panteones distintos.


Hoy en día ya no existe ese tacto. No se estila pedir a alguien si quiere ser nuestra pareja. Sucede sin más. Un día besas a alguien a quien semi conoces, follas en su casa y te permite que te quedes a dormir. A la mañana siguiente, es vox populi que esa persona y tu sois pareja. 


Hemos crecido con la imagen de una manzana que condena a una pareja que se quería. Una pareja heterosexual, joven, blanca, católica y delgada que lo tenía todo. Adán y Eva eran perfectos. Vivían en el paraíso, lo tenían todo. Pero distintos deseos y pensamientos fueron los que les llevaron a ser unos desgraciados, terminando por vivir condenados a ser desterrados. 


Hoy en día Adán y Eva quedan muy lejos como referente de pareja. Principalmente porque su castigo fue tan simple como tener que marcharse del paraíso. Nuestro castigo es mucho más duro. Nosotros tenemos que vagar con el peso de preguntarnos constantemente a donde van todas y cada una de nuestras relaciones.


Resulta agotador intentar encontrar señales. Analizar si nuestro horóscopo es compatible con el suyo. Descubrir si el chocolate le gusta puro o con leche. Suena demasiado bien plantearse un veridico 'Lo que surja'. La teórica es una cosa, pero a la práctica nunca se parecen mucho los resultados. 


Momentáneamente, en el momento que dos extraños pasan a tener una relación contemporáneamente estable, ya tienen que barajar en la más estricta intimidad, si esa es la persona con la que dar un paso más. Unos hijos sanos, un hogar bien decorado y demás objetivos a cumplir.


¿Realmente queremos un matrimonio con hijos y hogar con cortinas y tapicería a juego, o estamos educados y programados para creer que esa santa trinidad emocional es sinónimo de felicidad de la buena?


Entregarse en una relación es muy personal. Intentar marcar unos limites, procurar encontrar tu ritmo, hacer personal e intransferible esos sentimientos hacia otra persona.


Hay quien no lo consigue nunca. Tal vez esas personas no hayan nacido para ello.



11.10.11

4. ¿Es la superficialidad una vacuna que pueda protegernos?

El materialismo suele ocultar carencias afectivas, la promiscuidad femenina, una falta de figura paterna. Dentro de nosotros viven descargados como politonos, millones de motivos que han sido anclados en nuestro menú emocional. 


Allí figuran en lista por tal de que los configuremos a nuestra medida. A nuestro antojo, se sirven como manías, defectos, obsesiones y fobias. Todas ellas tienen sus respectivas ramificaciones, que terminan empujándonos a comprar un bolso que no necesitamos o volvamos a levantarnos desnudos al lado de alguien a quien conocimos la noche anterior.


Tan común como toser, bostezar o mirar mal a alguien que no nos cae bien. Viva supervivencia, nacida y existente porque nuestra mente así lo necesita. La superficialidad compite de cerca con antagónicas costumbres. Ser frívolo se hizo común en los 90. Década conocida por ser la cuna de los snobs y meca del hedonismo más hortera.


Dentro de nosotros nos recorre. Junto a la sangre que llena nuestras venas, hasta bombear el corazón. Circula por arterias, médulas óseas y nos hace sentir vivos. La Electricidad personal. La que mueve nuestros cuerpos. La misma que enciende el corazón. La que nos hace brillar con luz propia. Sin frivolidad en nuestra personalidad, adiós a las oportunidades. Gracias a ella, que lucha contra el cinismo que nos hace perder la esperanza.


La frivolidad es según se mire una opción. Un estilo de vida basado en no tomarse las cosas a la tremenda. Tal vez hay quien crea que puede ser motivo de una cobardía subversiva. Pero aunque resida en la epidermis, la frivolidad también forma parte de las capas de nuestra piel. Está relacionada como antagónica a la profundidad necesaria para cuidar del espíritu, y con ello mejorar nuestras relaciones.


Hay una cultura que reza a la frivolidad. Dejando claro que desde pequeños, deberíamos ser formados con esa ligereza innata para no prestar atención a lo que verdaderamente importa. El raciocinio no está tan lejos de la frivolidad. Uno debe tener claro que el fundamentalismo cubre cualquier manera de hacer y pensar en la vida. Posturas como el fanatismo, la mentira o la religión son a su manera también frívolas.


¿Que lugar ocupa la frivolidad en el Amor?


Porque viviendo en una sociedad tan planificada, donde no hay un fallo sin corrección. Nulo termina siendo el margen que damos a la espontaneidad. No puede ser tan malo caminar sin rumbo. A la vista está que aprenderse el guión de nuestra vida, tampoco resulta garantía de que las cosas terminen de salir siempre bien. La frivolidad, abre los conductos nasales, nos abre los ojos, activa las papilas gustativas. Hace que podamos sentir que tacto tienen las cosas cuando no se planean. Convierte todos los días en lienzos en blanco. Destruye el miedo al ridículo, empujándonos a conseguir una felicidad más plena, elaborada y por desgracia necesaria.


Generalmente hay miedo a la felicidad. Como si esta llegase después de un enorme abismo. Alcanzar la felicidad plena es difícil, incluso inexistente como concepto real. No hay una estación con su nombre, pero si un tren. Un tren al que puedes subir y para el que solo necesitas un billete, que hasta llegar a la conclusión, vale la pena apretar fuerte entre tus manos. En ese mismo camino se conoce a mucha gente interesante, encontramos señales que nos revelan quien fuimos, y aunque ese viaje no termine siempre en la estación del Amor para siempre, el paisaje y los acompañantes de vagón pueden hacernos el trayecto digno de recordar. Y nos ha alejado del punto del que partimos al subir a ese tren.


El compromiso con los demás. Debería empezar por el compromiso con uno mismo. Para tener buenas relaciones, sentimentales, físicas, sociales y emocionales, es necesario estar bien con nosotros mismos. Cargar la batería de nuestra electricidad personal. Tener encendido el corazón y abrir más la mente, en contra de prejuicios que obstruyen las vías a la felicidad. A menudo el costumbrismo es como el colesterol, que sale de la mantequilla. Untarse de costumbrismo no parece peligroso, pero a la larga las analíticas emocionales terminan revelando obstrucción.


No hay nada de malo en vivir en una relación dual. Cada cual tiene sus propias necesidades sentimentales. Y aunque a la larga pueda resultar dañino quedarse todas las noches con las manos entrelazadas en el sofá, cada pareja debe encontrar su propio estilo. No es un secreto que muchas personas buscan en sus futuras parejas, una prolongación de la relación que tuvieron con sus padres. Pero si calibramos ese riesgo, podría ser peor caer en una relación donde la otra persona, solo sepa divertirse tenga dificultad para deletrear compromiso.


El mismo asfalto que pisamos, ha sido pisado antes por muchas otras personas que ahora lloran un fracaso. Es entonces cuando deberíamos ser frívolos. Desnudarnos frente un espejo, y observar lo que vemos. Castigarse por haber fracasado es cruel. Muchas veces las relaciones funcionan, hay un porcentaje que no lo hace, pero no es culpa de alguien con nombre y apellidos. Son muchos los factores a tener en cuenta. Las necesidades unilaterales. Las ganas de hacer cosas en conjunto, el grado de compromiso. Familia, amigos y terceras personas.


Desnudos frente a ese espejo, podemos llegar a llorar. Y no es malo, incluso una cura de humildad que solo desconocerán aquellos que al verse desnudos no vean ni un solo motivo por el que lamentarse. En ese caso si uno visualiza en si mismo una obra de arte. Exenta de fallos e imperfecciones, solo entonces debería salir corriendo a la calle. Vivir rápido, castigar a la gente fea, pedir doble de todo y sentirse maravilloso. Porque así es la vida. 


Un aura brillante nos rodea constantemente, y solo cuando estamos tristes parpadea. No todos pueden verla, por eso es necesario prestar atención a la Electricidad personal.


La vanidad y el narcisismo son clínicos. Plagas que azotan nuestra sociedad y que a la vez ocultan gente que sufre en silencio. Diagnosticados en pro de una soledad que ha terminado derivando en lo más fácil. El culto al cuerpo, un hedonismo improvisado. Podemos posar frente a una cámara, ponernos bien el pelo y lanzar un beso, en la portada de nuestra vida, las lagrimas nunca se verán reflejadas. Ese tipo de tristeza es interior. Es amarga y cruda. Borbotones de sangre la cubren. Confusión y soledad absoluta, que desaparecen cuando uno sale a caminar tonto y desorientado. El deseo de llorar a escondidas. Sintiendo que nuestro corazón ya se está tambaleando de lado a lado, y terminara roto en el suelo, barrido junto a la mierda que se acumula bajo las camas Mirar de reojo hacia el pasado no puede ser tan malo. Siempre y cuando no tengamos bajo cerrojo los malos recuerdos y hayamos olvidado porque no teníamos relación con nuestra ex pareja.


La gente dice cambiar, incluso después de una grata sorpresa inesperada. Un ex novio te dirá lo mucho que ha cambiado, que aunque se fuera con la que era tu amiga, sigue pensando en ti, propondrá un café que nunca llegara. Una mala excusa para irte antes de que tu cara anuncie la manía que le sigues teniendo. Para eso es mejor marcharse lejos. Comenzar a caminar. Caminar por calles que no terminan nunca. Un asfalto frio y húmedo bajo el que se sotierran todos esos sentimientos que no venden. Todo aquello que sea poco estético en el amor no se saca del almacén. Cual mercancía, son expuestas esas relaciones amorosas en grandes e iluminados escaparates. Parecen no tener un solo defecto. 


Tan difícil y a la vez claro como que nunca en esta vida lo tendremos todo. Cuando podamos permitirnos el bolso de nuestros sueños, terminaremos acompañándolo de un chico rudo de esos que tiene la misma facilidad para meterse en líos, que nosotros en dar la vuelta y mirar con recelo a otro escaparate. El costumbrismo al igual que las relaciones podemos encontrarlas en la misma área. No siempre tienen porque ir de la mano. Hay veces en las que el propio costumbrismo prefiere vivir (antes) solo que mal acompañado. Aspirar a que alguien nos rescate en esta vida, es arcaico, pero efectivo.


El costumbrismo a la larga termina siendo igual de malo que trabajar todo el día en el campo. Sabes que un espantapájaros no terminara regalándote una alianza, ni se lo podrás presentar a tus padres. Pero no conoces otra cosa, ni esperas vida más allá de donde cubren los trigales.


Me pregunto si seré menos frívolo al preguntarme si hay vida más allá del asfalto emocional. ¿Alguien conoce que se encuentra tras la periferia de las relaciones?


Terminar de rodillas ancladas al banco de una iglesia para pedir a la virgen que nos haga inmunes a esa espera que nos consume y nos hace sentir tan poco especiales para el prójimo, es poco frívolo. Incluso Yo sé que hay otras posturas que se contradicen a la frivolidad. Si, eso es cierto; Mañana volveremos a abrir los ojos. Y aunque no encontremos un motivo para vivir, la sangre seguira corriendo por nuestras venas.


En nuestro cerebro albergamos tantisimas imagenes que nuestro subconsciente inicia 'Dejen salir antes de entrar' en forma de lagrimas. Todas esas lagrimas significan un dolor que se evapora lentamente. Nuestra retina queda iluminada por los constantes mensajes que paralizan nuestro corazón. Las relaciones no siempre de la mano del amor, están por todas partes- Las encontramos en la cafeteria donde desayunamos todas las mañanas, difuminadas entre la bolleria y el olor a cafeína. Sentados en el cine, con la boca llena de palomitas y mirando al frente, donde una pantalla nos enseña lo maravilloso que es amor, pero lo doloroso que resulta lo deja para los creditos finales, cuando todo el mundo ya se ha levantado y no queda nadie en la sala.


Al lado de los congelados en el supermercado, en el parque cuando evitamos mirar esas familias felices y fertiles, que en secreto maldicen una mala hipoteca.


Avenidas llenas de escaparates donde se reflejan todos aquellos sentimientos que parecen inmortales. Tambien reflejan relaciones perfectas, nuevas y apetecibles. Todas ellas con garantia de 3 años. Es placentero pasar por su lado, y sentir como esas parejas felices y fértiles envidian tu frivolidad.