23.11.11

8. El dinero llama al dinero, el poder llama al poder ¿El Amor llama al Amor?

Hay quien cree licito pretender que toda nuestra vida tenga un rumbo predeterminado. Me pregunto si no sería mejor contar con la emoción de ignorar hacia donde van todas las relaciones y vivencias que vivimos;

''Es respetable la opinión de aquellos que no quieren sorpresas. Los sobresaltos no son aceptados con el mismo agrado por todo el mundo. Saber que se encuentra al final del camino, nos puede ayudar a llegar a la meta con el destino digerido, con una sensación del terreno dominada o seguridad firme sobre nuestra propia vida''


Hay aproximaciones, el tarot o creer firmemente en las lineas de la mano, son alternativas. Aunque mientras hay quien sigue creiendo que sería más feliz con un auto control de su propia vida. Al fin y al cabo, la vida es eso, un largo camino que debemos recorrer nos guste o no.


En este camino encontraremos mil y una maneras de ser, ver vivir y parecer. Nadie sabe exactamente que le espera al final, incluso hay gente que no lo termina. No siempre promete ser un camino adoquinado. Principalmente ese camino tiene un motivo; El Amor, y quien peregrina va en busqueda del sincero y más puro Amor. Basando su camino en el hallazgo que pueda purificar sus sentimientos. 


''Muchas veces, los mismos desvíos, atajos y trozos sin asfaltar, hacen que tengamos que parar y reflexionar si estamos por el camino indicado. Porque como en la vida, en el amor también hay mapas. A modo de señales propias, que debemos interpretar. Seguir nuestro propio instinto es muchas veces el mejor mapa, pero como con los de verdad, cabe la posibilidad de que no los entendamos, el mapa no sea el que corresponde con el camino en el que estamos, o lo hayamos olvidado encima de la cama'' 


Caminar sin rumbo es algo sano, estimulante, intuitivo y a la vez necesario. Sin ese rumbo fijo, el camino se expande y nos ofrece muchas otras oportunidades, que aunque ya estén escritas en el destino, no vienen nunca mal como extras. Caminar sin equipaje se puede convertir en una manera de no necesitar a los demás o caer en un materialismo que nos aleje de las verdaderas necesidades emocionales. 


Cada uno debería empezar a caminar cuando realmente le apetezca. No hay obligación suprema en ir a la búsqueda desesperada del Amor. Paso a paso y con sentido común. Tomándonos nuestro tiempo, visualizando el destino y sobretodo con el positivismo en la cantimplora, para ir bebiendo de esta cuando nos notemos cansados. Al caminar sin mochila uno llega a notar que va más ligero. Así pues, malos entendidos, confusiones, celos, discusiones y todo aquello que pese se quedara en el camino. 


''No hay equipaje, no podemos coger ni cargar nada. Nuestra meta es llegar a la plenitud sentimental, nada de lo que pese y se encuentre en el camino, será cargado por nosotros. No es menos cierto que deberíamos aprender algo de lo que dejamos atrás. Principalmente porque no es consagrable vivir atado a los malos recuerdos''


Ni siquiera cuando hayamos tenido un gran desengaño, y nuestros ojos estén secos. Seguiremos caminando sin borrar aquello que nos ha echo daño. Es camino pisado. Trayectoria pasada, donde todo sería más fácil si pudiéramos cambiar nuestro corazón por el de otra persona menos emotiva. Incluso si al hacer ese cambio, perdiéramos capacidades de evolución personal. Y es que ni nosotros mismos tenemos suficiente autoridad sobre aquello que sentimos. Sin que lo pidamos, el amor se instala en nuestras vidas, con la necesidad imperiosa de encontrar alguien con quien compartir. También emocionalmente hablando el camino hace al caminante.


''El miedo a no saber que encontraremos, no debe frenar nuestra necesidad de sentirnos queridos y compartir. Porque de esa manera cuando el miedo nos habla, sentimos que nadie nos va a querer, oímos las cosas malas que dicen todas esas personas que no nos conocen profundamente. Tememos el fracaso hasta tal punto, que cerramos la puerta y evitamos pensar que ahí fuera hay un camino hacía la felicidad que nos espera. Así como el dinero llama al dinero, el poder llama al poder, pero el Amor no siempre llama al Amor''


Ser correspondido es una odisea, uno de los deseos más profundos que albergamos en nuestro interior, y un gran placer cuando sucede. Ese suele ser con mayor frecuencia lo que hace que nos torturemos pensando que el Amor no es para nosotros.


La no correspondencia termina creando pésimas relaciones unilaterales, basadas en esa necesidad de sentirnos queridos, aunque no tenga nada que ver con el amor que nosotros proyectemos a los demás.


Al hablar de relaciones unilaterales, es fácil saber a quien le va a tocar perder. El más frágil ama, sufre y pierde. La debilidad, no debería ser un sentimiento que se asociara al amor. Porque cuando una persona ama, sus defensas desaparecen literalmente. No se encuentra en igualdad de condiciones de quien ama utilizando la cabeza.


La capacidad de alerta disminuye, y encontramos casos de personas que son fuertemente dominadas por sus parejas. No sabría decir con exactitud, si la ausencia de amor es la razón. Hay gente que tiene una naturaleza posesiva, y hay quien necesita ser sometido. A pesar de ello hay personas que albergan brillo, un brillo que debería pulirse. 


Ese brillo convierte a las personas que lo poseen en personas mucho más llamativas. Esa luminosidad alberga en su interior aquello que las personas que manca a las personas que no creen en el amor.


Urracas emocionales que ven con deseo el brillo, y esperan la menor oportunidad para hacerselo suyo. Al igual que el pájaro, esas personas se sienten atraídas por el brillo de los corazones puros. Sienten el mismo impulso que los pajaros, un impulso que les empuja a robar y esconder el motín. En este caso su lote se compone del corazón de esas personas que tienen en su haber un alma pura, buena y que brilla por la carencia apenas de defectos. Un corazón similar al diamante Hope capaz de asombrar a cualquiera que lo mire sin incredulidad en sus retinas.Son muchas las personas que se consideran buenas y puras.


Las Urracas emocionales son esas personas cinicas. Suelen tener corazones oscuros. Son negativas, viven mal, aunque se cubran de la mejor apariencia. Por suerte este concepto es fácil y entendedor. Hay gente buena que tiene un imán para la mala. La mala sabe bien que tiene esa capacidad de persuasión, y la utiliza sin impunidad alguna. En términos Bíblicos si uno se porta bien y se resigna a aquello que venga, se ganara las puertas del cielo abiertas de par en par.A día de hoy la gente ha olvidado la Biblia y no da los buenos días a sus propias desgracias cuando se suben al autobús con ellas.  Las desgracias de hoy en día no hacen la función que tuvieron en tiempos Bíblicos. No se las nombra cuando uno hace balance. Nunca se utilizan para reñir a terceros, no tienen menciones honoríficas en discursos de fin de año, no se las considera uno más en la familia. Ni siquiera me refiero a menciones tales como coger el sida por follar a pelo.


La sorpresa que uno se lleva cuando se encuentra frente a frente con sus miedos es simple, no tiene toques de dramatización de serie B, porque una desgracia se le podrá tener manía pero jamás se conservara en el álbum de recuerdos que cada día forja un poco más nuestra propia personalidad. Esas mismas cosas malas, todavía oscurecen más el corazón. 


''No se ven como un estimulo a mejorar como individuos. La experiencia debería ser un grado, un grado de inteligencia que evite que nos arrepintamos de quien hemos sido, o nos haga pensar que borrar a personas que han pasado por nuestras vidas es una solución definitiva. Es difícil sentarse a hablar con uno mismo. Sobretodo si sabemos que lo que nos queremos decir, es justo aquello que no queremos escuchar''


Cara a cara con nosotros mismos. Hablando de aquello que nos ha dolido, vaciando la maleta que tanto nos pesa, y que nos doblara el tiempo empleado en hacer ese camino hacia la madurez mental. No negare que también Yo tengo mi parte cínica. Me pregunto si realmente la experiencia nos lleva a algún sitio. Me pregunto a mi mismo si en toda la vida que he vivido no ha llegado ya el momento en el que tendría que dejar de pedir disculpas por mi forma de ser y vivir mi propia vida.


Hay mil maneras de terminar (mal) con una relación. Porque no hacerlo primero con la parte de nosotros mismos que no brilla con la misma intensidad que ese corazón observado por garzas emocionales. ¿Son esos pajaros testigos de nuestro camino hacia la felicidad y la plenitud emocional? A veces pienso que somos nosotros mismos y nuestra parte más oscura, el mayor impedimento para comenzar a andar dirección a la felicidad.