Si bien es cierto que nada dura para siempre. Y las relaciones no serán una excepción. Hasta aquellas que se crean para ser eternas terminarán zanjadas por la muerte.
En su proceso y desarrollo las relaciones toman muchos caminos. Se anuncian, se camuflan, dan titulares, alegrías y bochornos. Son manipuladas, construidas, dignificadas y por desgracia destruidas.
Las relaciones deberían ser tratadas con guante de seda. En su transcurso llega a ser duro ver como pueden llegar a cambiar las cosas. Situaciones que eran confortables hasta la fecha, pueden convertirse en desconocidas y aterradoras con tan solo desvelar un secreto. Argumentos que creímos inimaginables se pueden hacer largos y tediosos al descubrir que dos personas que están juntas, no tienen la misma meta. Por el contrario el mundo de las relaciones es tan volátil, que rutinas que dimos por eternas, pueden desaparecer de repente marchándose lejos de nuestras vidas.
Por más cautela que tengamos otros factores pueden descifrar como serán nuestras relaciones. Influyendo también el carácter, suerte y personalidad de quienes interactúen con nosotros. No tomarse demasiado en serio las relaciones, es una manera desahogada de tratarlas. Haciéndolo con soltura. Habiendo asumido que van y vienen. Que no tienen dueño, y que lo efímero también tiene su encanto.
Las relaciones más intimas, las que son entre dos personas que se quieren y disfrutan estando juntas, viven de un magnetismo mutuo. Nadie las separaría, solo la mentira, el abuso y la intolerancia podrían hacer mella. Siendo estos defectos perdonables a gusto del consumidor.
Al estar enamorados el nivel de exigencia mutua puede flaquear. El amor es ciego, y lo ha demostrado con creces. Pues al estar enamorado hay una sensación que se mantiene bloqueada. El sentido común. Siendo la sensatez el aval que entregamos cuando decidimos estar al lado de alguien de quien vivimos francamente obsesionados. Estar enamorado debería ser una sensación de libertad. Aunque parezca que la palabra no vaya ligada a la estabilidad.
La libertad es muy amplia. Literalmente y como la mente de ambas personas se abra y permita. La seguridad que se tiene al estar enamorado es tan relativa y contradictoria como lo es dar por supuesta una felicidad palpable, aunque la inseguridad nos esté corroyendo por dentro al mismo momento.
''El humano es un ser terrenal. Alejado de costumbres nómadas. Sensato con sus pertenencias y desconfiado por naturaleza. Con los años la educación, la religión y el costumbrismo lo ha ido venciendo, convirtiéndolo en un ser previsible, aburrido e insubstancial''
Se ha olvidado que en la vida estamos jugando constantemente. Y por más que la suerte nos sonría y que nos creamos muy listos, en la vida no se puede hacer trampa sin terminar en la casilla de castigo. Porque al igual que en un tablero nuestro dado nos puede traer fortuna, avanzando casillas que nos vanaglorien como ganadores. Pero tarde o temprano nuestro dado nos dará luz verde para perder todo lo que dábamos por seguro.
Tal vez sería todo más sensato si no precisáramos de compañía. Si Monogamia solo fuera el nombre de un perfume Europeo. Porque a fin de cuentas la Monogamia no tiene olor sabor, no es físicamente material. No se puede guardar, comprar ni meter en un cajón.
Solo sirve para que tengamos un rol. La monogamia entrega sus fichas. Todos interpretamos un papel en esta vida. De alguna manera u otra nos alimentamos de convencimiento para obviar que la suerte no siempre nos sonríe. Incluso viene siendo costumbre mirar a otro lado cuando la desgracia azote al vecino.
''Para los más puristas el Amor es doctrina y tutela. Amansa a gente confusa, y da protección a quien no tiene donde caerse muerto. Parece ser que cualquiera pueda enamorarse. Para los cínicos, el amor se contempla en jugárselo todo a una sola carta y olvidar que siempre es preciso contar con un buen plan de ahorro emocional en la guantera''
Todavía hay quien pueda preguntarse;
¿Que es enamorarse?
Solo podría decir que es una de las razones por las que se mueven a diario millones de personas. El enamoramiento produce sensualidad y dependencia. Eso resumiría levemente el concepto.
''Y es que el amor es una droga. El amor es la marihuana de los setenta, la cocaína de los ochenta y la heroína de unos castigados noventa. Una droga que al fin y al cabo no he probado, pero por lo que puedo saber enamorarse debe ser una experiencia sensacional. A caballo entre la paternidad y la perdida de los primeros 10 kilos antes de verano''
Como en todo el Amor tiene adeptos y acérrimos. El cinismo es tal vez una de las peores lacras para él. Hay quien reniega declarándose ateo en las cosas del querer.
El Amor está siempre abierto. No hace horario de oficina, y atiende sin contestador automático. Es fácil entrar en sus arcas. No exige formación previa. No pretende cobrar mensualidades, y mucho menos saca boletines trimestrales. Para algunas personas curtidas en el asunto, dueñas de miles de relaciones fallidas a sus espaldas, se ha terminado convirtiendo en asignatura pendiente.
La experiencia con todo lo que acarrea es el botón de encendido para hablar en voz alta si se quiere contar que significa enamorarse en esta vida. Y es que cuando uno ama toda su vida termina haciendo brillar el empirismo. La experiencia y sus consecuencias son las responsables de encender el botón para buscar fortuna en el juego del amor cuando las ganas de enamorar afloran. Tanto para no dar crédito ante aquellos que renuncien al amor, como para llorar sobre el hombro de alguien cuando nos han roto el corazón Por desgracia la trascendencia no abunda en cuestiones amorosas. Multitud de relaciones caen abocadas a un fracaso, derrumbándose como columnas de un templo Babilónico. Su consistencia cae por la falta de una base; La comunicación.
Hablar frente a malos entendidos no solamente ayuda a conocer a nuestra pareja, si no que es curarse en salud frente a rabietas futuras.
''En una relación, la mayoría de estupideces serán cometidas por egoísmo. El miedo a evitar la humillación de sentarnos frente a nuestra pareja, y que esta nos pueda señalar aquello que le molesta de nosotros''
La mayoría de personas prefieren soñar despiertas. A pesar de estar ahogadas en relaciones pésimas no luchan para salir de ellas. Viven contemplando el maltrato psicológico físico y mental como parte de sus rutinas. La mediocridad termina condensando el aburrimiento, que en el mejor de los casos terminan en divorcio.
La tragedia se masca en el aire. Heterosexuales y homosexuales saben que el compromiso conlleva mucho más que sonreír para un fotógrafo después de dar el -¡Si quiero! Hay rupturas anunciadas, uniones imprevistas, hijos no planeados, abortos en petit comité. Dentro de las emociones todo se vale. Porque aquí nadie te ha preguntado si querías jugar. Uno se ha visto atrapado por una caja llamativa, cuyo interior resguarda un juego milenario llamado Amor. Sus reglas cambian para cada jugador. Hay cárcel y perdida de turno para todos. Y no hay tregua para nadie.
Romper con todo es complicado. Pero termina siendo una garantía para nuestra salud mental. El cambio siempre es favorable. Hacerlo de manera paulatina, veraneando donde no conozcamos a nadie, pidiendo el menú vegetal en lugar del grasiento que nos caracteriza, dejando la música que nos excita y altera por melodías suaves.
Me gusta pensar que las relaciones más fuertes, únicas y especiales nacen de personas muy distintas entre ellas. Unos lazos tan estrechos de los que ni el mismísimo Houdini podría escapar.